viernes, agosto 22, 2003

Miro a la calle desde la ventana,
tenía una charla muy amena
con el silencio y la soledad.
Una nubes grises se han reunido afuera
se precipitan por bajar del cielo
y venir a saludar.
Es tanto el alboroto
que el silencio no lo puede soportar,
se levanta presuroso y se aleja
dejándome en compañía de la soledad.
Las gotas de lluvia juegan en la calle,
se divierten empapando
a la gente, a los árboles, a los sueños.
El escenario es el mismo de siempre
pero esta noche no parece igual
se ha cubierto en tinieblas,
se lo ha pedido la soledad.
El ambiente en veces se ilumina
por las luces fugaces
de las esperanzas de un mañana
en que nuevamente
pueda ver al sol brillar.

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