Estoy feliz, muy feliz.
Es increible como cosas como una simple llamada telefónica pueden cambiarte el día. Como una sorpresa de alguien muy especial puede arrancarte una sonrisa en medio de todos los problemas existentes hoy en día.
Son de esas sorpresas difíciles de creer en primera instancia, cuando mi hermano me dijo quien llamaba no le creí, no hasta que oí su voz. Esa voz que queda resonando en los oidos y solo basta cerrar los ojos, para volver a escucharlo y sentirlo cerca.
Carlos estás bien loco, mira que llamarme sin avisarme y en complicidad con la Lolín, pero ahh eres un amor, que lindo detalle, te quiero mucho, no, no TE AMO.. en mi pecho no me cabe el corazón de la emoción, aún sigue en cada latido repitiendo tu nombre, sigo recordando tu voz, tu tierna risa, muchas gracias...
Que bonito es estar enamorada.. todo esto me tiene feliz, muy feliz...
Del santo Evangelio según san Marcos 13, 24-32
Hace 4 días.
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