Yo solía escribir lo que pienso en hojas, pero sentada en mi escritorio, levanté la mirada y al ver mis libros, me di cuenta que con el tiempo se van acumulando y las hojas se tornan amarillas. No tengo mucho de externar mis pensamientos, pero podría decir que se estaban quedando en el olvido porque no los compartía con nadie más. Ahora quiero darlos a conocer a todos aquellos que pudiera interesarle, ahorrandoles descifrar mis jeroglíficos.
Porque hay alguien que me ha hecho cambiar de opinión, es la persona más maravillosa que conozco, que me quiere y que quiero con todo el corazón... Carlos Andrés
Pero el escrito en papel no lo voy a dejar. Voy a seguir escribiendo cartas, porque ni la página, ni el e-mail tienen el mismo efecto, no es la misma dedicación y esfuerzo por lograr que cada carta sea única e irrepetible. Además este ha sido mi hobby por muchos años y no veo porque parar ahora, aunque confiezo que hay muchas de ellas que nunca entregué...
jueves, febrero 13, 2003
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