domingo, enero 25, 2004

PÍNTAMELO DESPACIO

Mide un poco más que yo, tiene una sonrisa que pareciera tatuada, sus ojos café son grandes y expresivos que me dejan ver su interior, además tiene unas pestañas largas que saludan cuando sus ojos se cierran a la luz. Al parecer, en la ceja izquierda le falta un vello, porque alguien se los sacó con unas pinzas.
Tiene piel canela, pero con un brillo tan especial como esa primer estrella que acaba con la oscuridad, esa estrella que llama tu atención cuando miras el cielo nocturno. Él es esa estrella. Sus brazos son un refugio cálido que transpiran seguridad, cariño y ternura.
Camina y camina, se para, se sienta, da vueltas, se vuelve a sentar. Los demás llegan se están y se van, pero él sigue ahi, siempre ahi. Me cuida cuando está a mi lado, me platica, me escucha y me consuela. Puede leer tus pensamientos, sabe muy bien que es lo que quieres.
En resúmen, él es alto, delgado, tierno y un tanto loco, portador de felicidad y ladrón de sonrisas.

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