De repente uno se llena de demasiados pendientes, cosas por hacer, por decir, por planear, por terminar. Y el salto entre una y otra cosa te hace perder por momentos el enfoque, entonces todo se revuelve, se aclara, es como si una densa bruma bajara y de repente los vapores calientes la hacen subir, aclarando la visión.
Pero siempre es bueno hacer una pausa, recapitular y priorizar las cosas que se hacen y rescatar aquellas importantes que se dejaron de hacer.
Las palabras de repente se acumulan y agolpan contra las paredes de la mente y una forma de organizarlas es dejarlas salir, usar la escritura como válvula de escape y que simplemente fluya.
Hace tiempo que inicié con esto y lo había dejado olvidado por diferentes pretextos, pero ahora habrá que despertarlo de su letargo. De cualquier manera, aquellos que a diario me miran a los ojos, no tienen acceso a conocer todo de mí. Porque es más lo que se puede saber de una persona leyéndola entre líneas.
Y como diría Homero Aridjis.. habrá que “Poner en palabras la vida invertida, aquella que sin cesar se condena al olvido y que espera ver la luz de lo innombrable en la escritura"
2 comentarios:
Y vaya que escribir es un relajante... dejando a un lado el blog, escribir donde sea, incluso en un cuaderno como tu imagen, es comfortante!!!
Gracias Dios, gracias vida... que no nos dejaste analfabetos!!!
Un abrazo Aris!!!
Esa clase de actitudes son más bien las que se alzan en contra de los regímenes de escritura por horarios... a mi me toca algo de ambas. Hay ocasiones en lo que lo dejo fluir y otras en las que se que de tal hora a tal hora tengo que estar escribiendo xD
Todo depende de lo que se escriba...
Saludos,
Nate
PD: Un gustazo volver a leerte ! =D
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