miércoles, septiembre 22, 2010

No vale la pena

Ni darlo todo, quedarse sin nada, estar siempre... no vale la pena.

Y aunque al final de lo ocurrido me encuentro en el tan asnisado estado de estar completamente neutral, me he dado cuenta que ya no me gustó. Los demonios no solo se fueron, sino que se murieron y quizá en otro momento me habría ganado lo sentimental, necesitando un apapacho imposible y el estado sería peor, caótico.

Lo que si es que me he estado preguntando de que serve??? Lamentablemente para la gran mayoría de las personas que habitan este mundo los demás solo somos utilizables, te explotan, te exigen, te exprimen hasta que no salga ni una sola gota. Pero en realidad las cosas se van acumulando, hasta que llega un punto en el que es demasiado y explota, algo pasa y todo se viene abajo por un momento.

Y hoy fue uno de esos días... se junto un ruido constante que me estaba taladrando la cabeza, la presión de mucha mucha información que guardo en mi cabeza y un olor insoportable que terminó por intoxicarme.

Asi que después de una pastilla, una inyección, unos minutos recostada y algo de oxigeno, solo quedó una pequeña parte del mareo que tenía, el dolor de cabeza y un brazo dormido.

Y le agradezco enormemente a Charo por todo lo que hizo, porque sola no hubiera llegado y a Sandy por la preocupación.

Me faltó el apoyo de alguien que yo quería, pero no hubo ni oportunidad de contar, ni curiosidad de su parte... pero al menos las cosas están un poco mejor...

3 comentarios:

JAVIER dijo...

El mundo no se acaba por alguien o por algo solo si tu decides que sea el final, por suerte siempre estan aquellos que en verdad te quieren y te ayudan a continuar firmente por el sendero de la vida.

Saludos desde Japón.

Unknown dijo...

Siempre hay esas pruebas, pero un mañana también, nuevas calles y energías por qué luchar.

La vida es una constante lucha.

Besos.

Trovator dijo...

A veces aún nos hacen falta esos demonios internos para luchar contra ellos, nos mantienen activos.

Hay días como los que mencionas, sin embargo basta con el hombro de uno mismo para apoyarse y reflexionar... las palabras externas son también grandes alicientes... aunque las palabras de la persona esperada no lleguen a tiempo.

Un abrazo Aris! Y adelante!