domingo, mayo 24, 2009

Y yo...


Charlas de todos tipos, en momentos entre bien, mal y más o menos. Él siempre ahí para escucharla, ella sabe que puede confiar en él, que en cuando lo necesite él la sabrá escuchar, con la misma atención de siempre y por más negro que luzca el paisaje, al final, él le robará una sonrisa.

No es la primer vez que las nubes de tormenta han cubierto el cielo, sin dejar un espacio vacío en el horizonte, pero tampoco es la primer vez que sus palabras disipan esa amenaza, con fuertes ventarrones que hinchan pulmones, que enjuaga a torrentes. Él disfruta escucharla hablar sobre sus pasiones, sus pendientes, sus preocupaciones, la escucha hablar y hablar sin parar y en mucho coinciden y del resto debaten y a lo acalorado de cada encuentro se le suma un café.

Coinciden (???) siempre en el mismo lugar, ella siempre en esa mesa junto al ventanal, con el libro actual sobre la mesa, del que desprende la mirada solo para anotar algo en su cuaderno o cuando la voz de él le hace voltear la mirada. Él toma asiento y en sus ojos adivina el panorama y sus ojos complementan la imagen. Un saludo y comienzan a charlar, casi siempre están de acuerdo, otras tantas se llevan la contra solo por molestar, por hacer que el momento perdure, él por verla desesperar al sentir que va perdiendo, ella por escucharlo y que no preste atención cuando le llenen nuevamente la taza de café.

Han pasado así los últimos meses y a menos que diga algo así seguirá, en esa mesa junto al ventanal, café tras café, un pan dulce y solo en los ojos la sal.

Lo ha pensado mucho los últimos días, le propondrá cambiar el lugar, otro ambiente, la misma compañía y el café que no puede faltar, para animar sus charlas, sin importar la prisa del reloj. Tan directo como siempre lo propone, y entre risas ella cambia el tema y termina por aceptar. Unos minutos bastaron para ponerse de acuerdo.

  • En un lugar tranquilo y cerca de una ventana, para poder ver las estrellas (ella)
  • Mi departamento entonces será, yo pongo los cojines y tú la compañía.
  • Yo llevo la música y tú el reproductor.
  • Tú llegas sin pendientes y yo escondo el reloj.
  • Yo llevo algo de botana y tú preparas el café.
  • Tú no te apures, solo asiste que yo pongo los besos… digo el café…

domingo, mayo 10, 2009

No es un día más!!!


Puede ser un día más, puede ser un día comercial, lo que si tengo claro es que esta fecha me hace recordar muchas cosas, memorias de cuando era pequeña, todo lo acontecido paso a paso a lo largo de mi vida. Las enseñanzas, los momentos felices, los nublados, los de intensas tormentas y ella ahi, a mi lado.

Recuerdo sus silencios, sus palabras, su manera muy extraña de demostrarnos su afecto. Hoy soy lo que soy gracias a ella, a su ejemplo. Muchas de las veces no comprendía el porqué de sus acciones, de sus cuidados que me parecían exagerados e incluso injustos, pero he comprendido que siempre eran pensando en nosotros, en lo que quería que fuéramos al madurar, porque si, ella me ayudó a madurar y afrontar todos los retos que me ha puesto la vida, me ayudó a levantarme de algunas depresiones, celebró mis logros, veló mis sueños, calmó mis miedos.

Por esto y por mucho más le agradezco a mi madre por todas esas cosas que han quedado muy grabadas en mi y que empiezan a dar fruto y hoy me siento plena y feliz. Aprendiendo a mi manera, construyendo mi vida en sólido sobre las bases que me ayudó a cimentar.

Ahora la hoja ha dado vuelta y Dios me ha dado la oportunidad de estar del otro lado e intentar hacer todo para forjar desde ahora una mujer, con los mismos valores y preceptos que estoy segura que funcionaron conmigo. Tengo a mi cuidado un ser súmamente inteligente, que me llena de dicha y despeja mi cielo de tormentas cuando se me queda viendo y me dice "mamita". Me quiebra y entiendo que en la vida no necesito nada más, que tengo todo para ser feliz, es mi motor, mi meta, mi porqué, la razón por la que me levanto de cada caida, por la que sigo adelante para mostrarle el camino, para fortalecer sus alas y estar tranquila para cuando decida emprender el vuelo.

Esta fecha es doblemente especial, es para festejar a mi madre y celebrar porque la vida me ha dado la dicha de también ser mamá y aunque tengo mis altas y mis bajas, mis errores y mis aciertos, con cada abrazo que recibo, con esa carita de emoción a mi encuentro... con eso tengo.

No podría estár más feliz... felicidades a todas las mamás que son mucho más que un simple nombre o figura femenina. Un fuerte abrazo y a disfrutarlas mientras aún podemos mirarlas a los ojos, abrazarle y agradecer tanto y tanto que no dejan nunca de dar.

Que mejor regalo en este día que mi ratón... besos para Aimée

jueves, mayo 07, 2009

Mejorando...


Hoy me tocó estar medio día en mi casa, de manera necesaria, recomendada, exigida por mi cuerpo, pero con conflicto emocional. Y creo que justamente esa actitud impuesta desde hace años, esa que fue parte de mi educación de toda la vida me tiene en ese estado. Se supone que debería estar en casa desde las 9am pero la conciencia, las exigencias y la solidaridad no me dejaron venir sino hasta las 3pm.

Es una mezcla extraña de sentimientos, yo me siento llena, plena, sentir que tienen esa necesidad de mi ayuda, de mis ideas, de lo que pueda colaborar, siento que me tienen confianza y eso es mucho para mí. En estos momentos en que de repente la soledad es mi única compañía, esas acciones mantienen a mi mente ocupada y agrega razones a mi vida, razones que muchos no comprenden pero que a mí me llenan.

Por lo general todos me regañan y creen que es un abuso y hasta cierto punto lo es, ahh pero esa conciencia la mía no me dejaría en paz. Pero justamente pensando en mí, por hoy decidí tomar aunque sea el medio día de ese día ofrecido y mañana… mañana a menos que sea sumamente indispensable no pienso ir. No es por irresponsabilidad, sino porque de verdad quiero sentirme mejor y reponerme para que mi mente no se bloquee y crezca el estrés y las presiones.

Al menos por esta ocasión voy a pensar en mí, terminaré de reponerme y ya el lunes Dios dirá…

Condenada laringitis reincidente, pero ¿Quién me manda desvelarme? Ja y todavía lo pregunta, de haber sido por mí, anoche no hubiera salido de mi casa, no hubiera estado en la sala de capacitación helada hasta esa hora. Por lo menos él sabía que una vez fuera, mi pase de hoy tenía marcado ya no regresar.