No se porque hay veces en que le tememos a ciertas personas, quizá no es temor del todo, quizá solamente es el respeto sembrado con unas ideas muy cerradas. Sea como fuere, hay personas que imponen en vez de sugerir, que ordenan en vez de pedir, que se piensan mejor que los demás en un mundo sin jerarquía, que cree que sus palabras son ley y su visión es unidireccional.
¿Qué les pasa a estas personas? Acaso creen que la gente es tan tonta como para no darse cuenta del cinismo de algunas de sus acciones, de sus exigencias egoistas, de sus ideas que el mundo gira a su alrededor, sin darse cuenta que giran sobre su propio pie.
Yo conozco a una de esas personas y hasta hace poco deje de tenerle miedo, pero eso si, aún sigo teniéndole respeto. He abierto los ojos, tristemente veo que las cosas ya no son como solían ser, me he podido dar cuenta que no todos los corajes son justificados, unos de ellos son simples chantajes, pero ya no vuelvo a caer en su juego.
Me encantaría que recapacitara, pero e imposible halarle de sus errores, se niega a creerlos y sigue con su actitud. Hacer que cambie es difícil, lo único que por ahora puedo hacer es no dejar que me afecte.
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19
Hace 1 día.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario