Estamos sentadas frente a frente, sus ojos son grandes y avellanados, su cabello es del color de la noche y un mechón revelde se le viene constantemente a la cara.
Sus ojos pareciera que me observan pero a la vez están tan distantes... añorando un pasado. No hay palabras, los ojos lo dicen todo, no ocultan nada.
Ella es alta y delgada, imita mis movimientos, se supone que es mi reflejo, pero a mi me parece alguien más...
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19
Hace 1 día.
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