jueves, marzo 24, 2011

Sin palabras...

Se es tan libre como el viento, no existe ninguna otra atadura más que las mentales, todas esas barreras que la mente ha tejido con el paso de los años, cuando entre izquierdas y derechas solo se encuentra con miradas que se pierden en el piso, que no conocen el horizonte. Es necesario sacudirse los fantasmas, quitarse las ataduras, los tabúes, la sumisión, saberse fuerte y que el mundo va mucho más allá de lo que alcanza a distinguir los ojos. Cuando se levanta la mirada, la luz ilumina los ojos, se sabe que todo está ahí, que solo es cuestión de avanzar, moverse para poder alcanzarlo y ya una vez en movimiento las fricciones desaparecen.

Entonces se entiende que la libertad termina donde comienzan los derechos de los demás, asignando a cada quien su espacio con todo lo que conlleva, los frutos, las responsabilidades. Al dar el primer paso el mundo cambia, la mirada se ilumina, los silencios existen, pero no por no tener nada que decir, sino porque la misma dice tanto que no hace falta pronunciar nada más.

No se es otra persona, sino que se descubre la que es en realidad, la que se sabe, la que puede.

No hay nada que pueda decir, es difícil describir su esencia, sus razones, su motor, su porqué. No hay palabras que basten para describir lo hipnótico de su mirada, seguirle de cerca te dirá más de lo que pudiese contar yo.

miércoles, marzo 23, 2011

De regreso a las andadas

Después de todo lo que ha pasado en los últimos días en mi vida, me ha regresado la pasión, por todo aquello que me movía y que había dejado suspendida en una nube que comenzaba a tornarse gris, como si presagiara una tormenta.

Pero en los últimos días, planes, charlas, recomendaciones, nuevos retos, han regresado a mi las ganas de escribir, de sacar todo eso que guardo en mi cabeza, dejar que los demonios calmen sus vapores dejando que las palabras fluyan. Se han creado nuevos planes y me he llegado a apasionar por las cosas que hago en el sentido profesional y tengo ganas de hacer y deshacer. Nuevas lecturas muy prometedoras, entre un libro prestado, uno recomendado que por fin conseguí y uno que está por llegar que revive ese gusanito hambriento de letras.

Pero no todo es despertar cosas que estaban aletargadas, sino que sumo nuevos retos, de hechos que quizá en otro momento de mi vida no hubiera tomado o expresado abiertamente. Ya estubo bueno de los silencios que callan, que calan, que no dejan en paz. Estoy más segura que nunca de lo que quiero, y que los medios para conseguirlos dependen solo de mi.
Solo siento que hay una sola cosa que me falta, pero ya empiezo a trabajar en ello...