Todo comienza con una semillita, que requiere de muchos cuidados, paciencia, un toque de sol, de agua, incluso de fe. Se prepara la tierra, se coloca en ella la semilla y si se hace todo lo posible y necesario, al paso del tiempo la semilla germina, se va abriendo paso entre la tierra y poco a poco se va asomando. Una ramita frágil, llena de vida, de un color seductor.
Los cuidados continúan, la ramita se va fortaleciendo, venciendo adversidades, demostrando que ella puede sobrevivir, que se puede mantener en pie, que no es hierba mala que requiera ser arrancada de raíz. A gritos pide mantenerse. Ha pasado vientos y sigue de pie, una que otra llovizna y de ella toma lo mejor, algún depredador herbívoro la asecha y aun sobrevivió.
Con el tiempo el tallo es un poco más grande y fuerte, se ha empezado a ramificar, se abre paso y la vemos de pie. Estuvo a prueba por un tiempo y todo el trabajo, paciencia, dedicación ha comenzado a dar frutos. Aún está pequeña, le falta mucho por crecer, no puede ser descuidada, mucho menos ahora.
Ahora por fin, después de 3 meses de estar a prueba...
TENGO MI PLANTA!!!!
Tal como me dijeron:
DAR: Tu confía, tu lo puedes lograr.
WGC: No te preocupes ahorita, seguro te la dan, por ser como eres (con mucha descripción)
JLR: El período de prueba ya lo pasaste, solo es cuestión de tiempo.
JM: No te apures Aris, si te la van a dar.