Solo silencio, el silvido del viento y hasta unas cuantas abejas zumbando al rededor.
Este sitio ha permanecido muy callado. Las palabras se habían refugiado quizá del frío o de ese intenso calor interno, se refugiaban en un olvido aparente donde se acomodaban queriendo decir tantas cosas. Muchas de ellas que arrancan sonrisas y otras tantas que generan torrentes internos.
El silencio pretendía ser la cortina que se tendía frente a mi, esperando la tercera llamada. Gente afuera o el lugar completamente vacío, no importa....
Esta (si alguien lo lleva a ver), esta es la SEGUNDA LLAMADA, SEGUNDA...
Del santo Evangelio según san Marcos 13, 24-32
Hace 3 días.