SOMOS UNA OBRA DE ARTE

Formamos parte importante de la naturaleza, contribuimos en gran medida a la grandeza del Universo, pero nunca falta el momento que nos hace dudar de nuestra capacidad. Esto se ve muy común cuando nos comparamos con los demás, cuando no apreciamos la grandeza de nuestro ser y nos limitamos a admirar el resto del Universo.
Pero nosotros somos únicos irrepetibles e importantes, pero necesitas darte cuenta de ello para que esa idea se anide en tu corazón y que ni el más fuerte tornado de desesperación lo haga desprenderse.
Velo de este modo, si “El David” de Miguel Ángel es una maravilla, imagina la maravilla que eres…
“El David” tiene los ojos tan bien hechos que parece que ven. Nosotros tenemos ojos que ven y que nos hacen admirar la belleza de todo lo que nos rodea.
“El David” tiene los músculos tan bien definidos que parece que juega a no moverse. Nosotros tenemos músculos capaces de dar un cálido abrazo y que nos proporciona movilidad.
“El David” tiene las manos hechas con mucho cuidado. Nosotros tenemos manos que pueden ayudar a los demás.
“El David” tiene una boca que pareciera que algo quiere decir. Nosotros tenemos una boca que puede articular palabras de aliento al desvalido.
Nosotros tenemos ojos que ven, manos que se mueven y piernas que nos hacen llegar a donde estás.
A “el David” podemos contemplarlo en el museo y nosotros podemos contemplar otras obras de arte y dejarnos contemplar siempre, sin necesidad de ir a un museo, pero con los ojos bien abiertos para poder descubrir esas obras cada que vemos nuestro reflejo o cuando alguien pasa junto a nosotros.