Ayer te llamé con mis sueños,
me tomé un café con tu recuerdo,
platiqué largo rato con tu foto atenta,
sentí tu mirada reflejada en el brillo de las estrellas,
tu voz tenue entraba por mi ventana,
me dormí abrazando tu nombre.
Hoiy desperté y solo la sensación queda,
en el aire se percibe tu aroma,
mi corazón siente tu presencia,
la espera es larga, el tiempo pasa lento,
pero tu me acompañas cada madrugada.
Esperaré paciente el anochecer.
Esperaré el día en que decidas venir,
para poder tocarte y no solo soñarte.
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19
Hace 15 horas.
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