El tiempo se escapa volando, cuando menos lo esperamos ya han caído demasiadas hojas del calendario, en nuestra vida han pasado muchos sucesos y todo eso va formando nuestro futuro. Me parece saludable reflexionar de vez en cuando en que estamos consumiendo nuestro tiempo, si las cosas que hacemos son en realidad lo que queremos hacer. Es muy triste darse cuenta que no somos felices, simplemente porque no hacemos las cosas con gusto o por convicción, si no nos detenemos en medio del ajetreo natural de la vida y analizamos el porque de nuestros actos, el día que nos demos cuenta será demasiado tarde, serán muchos los minutos que gastamos en hacer las cosas solo por hacerlas, sin creer que eso contribuye a nuestra felicidad.
Cuando no hacemos lo que nos gusta, sentimos un vacío, nuestra participación puede ser útil e importante, pero si nosotros no lo sentimos así, no podemos ser felices. Busca un momento para ti, dejando los pendientes a un lado y reflexiona si lo que haces es realmente lo que quieres hacer, el mundo es demasiado bello para no vivir a gusto en él, porque cuando lo que hacemos es lo que nos gusta, lo disfrutamos y sentimos que todo el tiempo invertido en ello ha sido de utilidad, que podemos justificar nuestra existencia en este mundo.
Es temporada de exámenes en el tec, no son muchas las materias que llevo este semestre, pero no se porque acaban consumiendo mi tiempo. La vida se vuelve en un ir y venir, en cosas pendientes, en trabajos que deben salir bien, no solo por obtener una buena calificación, sino porque además de representar un aprendizaje, es una prueba de la dedicación que le pones a realizar las cosas que te gustan, aunque a otros pueda parecerles aburridas, complejas o nada interesantes, cada quien sigue una línea en relación a sus gustos, intereses y habilidades. Y pensar que yo quería ser Administrador de Empresas… pero gracias a Dios estoy estudiando para hacer lo que en verdad me gusta…
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19
Hace 15 horas.
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