Mientras escribo...
Bien lo dice S. King, hay quien pretende escribir, cuando ni siquiera puede leer...
Como puedes escribir si tienes la cabeza vacía, o a lo mejor tan llena de otras cosas que prefieres olvidar o dejar guardadas en el cajón de la oficina, detrás de la cortina de la recámara o tirada en el pavimento esperando que un auto las atropelle. Así me siento, atrapada entre pendientes y cosas que se colgaron el letrero de urgente y quieren el título de primera necesidad, juntándose varias y gritan y se empujan...
En estos días he tenido un hambre loca de letras, de leer tanto y a tantos, para que esa chispa que mueve el lapicero se encienda y todo fluya, no se atore.
Cambié el lapicero, vacié las gavetas, olvidé el paso del tiempo... ahora solo quiero un momento de soledad y silencio para vaciar lo que mi mente guarda.
En minutos hay que regresar al ajetreo, a las prisas y las cosas por hacer y mientras llega la hora... mientras... escribo.
Del santo Evangelio según san Marcos 13, 24-32
Hace 6 horas.
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