La Navidad ya pasó, el 24 fue un día ajetreado. Me tocó hacer la sopa, la ensalada, un rollo árabe y aprendí a hacer el pavo. Todo el día lo único que vi fue la cocina y la mesa [porque hasta la mesa me toco poner].
Fue maravilloso ver a todos sentados en la mesa, riendo, disfrutando, sin enojarse, unos abrazos, unas palabras y promesas. Todo salió como lo esperaba, recibí el mejor regalo que alguien pudo haberme dado, fue justo lo que pedí, creo que mi carta si llegó, he vuelto a confiar en el correo mexicano. Pero no, no fue nada material, de hecho no es nada palpable, puede que si alguien aparte de mi familia hubiera celebrado con nosotros tampoco hubiera sabido que fue [de hecho ni mi familia supo bien que fue].
El caso es que estoy feliz, la Navidad ya pasó y me dejó llena de felicidad. Ahora se acerca el año nuevo, mucho propósitos, muchos anhelos, muchas cosas que prometen ser, pero esperemos a ver que es lo que se da. Yo lo celebraré allá por el sur en tierras jarochas, parto mañana, mi boleto tiene ida, mas no se cuantos días tarde para el regreso, estaré ausente un tiempo pero junto con el año regresaré para seguir escribiendo.
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19
Hace 2 días.
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