Hay nostalgias que comprimen mi pecho, recuerdos de unos serenos ojos café, de sonrisas sinceras, charlas amenas, de vistas de reojo, nerviosismo al descubrirle escribir mi nombre sin pensar mientras hablábamos, un mundo solo los 2.
Lo que no comprendo es que si ya no puede ser, porqué no puedo olvidar? Porqué me persigue su fotografía, su voz, esas ganas de llamarle por teléfono?
Quizá todo esto es porque se avecina la fecha donde quedamos hace un año, que en el borrador de nuestra historia se pusiera un punto final.
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19
Hace 2 días.
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